¡QUE LE DEN, A LA OPERACIÓN BIKINI!

Debido al mal tiempo que estamos padeciendo este año,  de momento, aún no nos ha llegado el gran bombardeo de “dietas milagro para la operación bikini”,  pero está claro que tarde o temprano saldrá el sol y a much@s no les valdrá la ropa del verano pasado y ¡¡comenzará el  dramón!! ; Es necesario ¿que todos los años caigamos en los mismos errores?

Nos ponemos a dieta después de Navidad y en la mayoría de los casos no llegamos con los hábitos establecidos ni a Semana Santa.  Después de las torrijas  nos da por acordarnos de que en breves llega el verano y no hemos cumplido nuestras expectativas …¿ y qué hacemos? Otra vez empezar una dieta fracaso.

Fracasamos constantemente, porque nos enfocamos en el objetivo de estar más delgadas (no más saludables)  como algo temporal, algo que queremos rápido y al precio que sea. Estamos dispuestos a pagar precios desorbitados tanto económicos como emocionales por conseguir objetivos irrealistas, y claro… después de invertir tiempo, dinero y energía para encima NO conseguir lo que queremos,  luego vienen las decepciones.

¿Y si en vez de pensar en la operación bikini (ésa prenda que muchas posiblemente no nos pongamos más que 8-10 días en todo el verano, con un poco de suerte jajá) , pensamos en la operación amor propio y autoestima, esa que nos hace falta para ser felices los 365 días del año?

Está genial acudir al salón de belleza a hacerse tratamientos, a quererse, a mimarse,  a dedicarnos tiempo para nosotras y sentirnos mejor,  pero por favor… no sigamos creyendo en los objetivos cortoplacistas y milagrosos.

De verdad ¿merece la pena comer pollo y piña 3 semanas? Pasar hambre bebiendo líquidos détox durante días sin masticar nada?  ¿Atiborrarse a batidos, pastillas milagrosas que seguramente perjudiquen tu salud, solo por conseguir algo efímero y pasajero?

¿Hasta donde estamos dispuestos a llegar?

Hace unos días en un reportaje sobre “dietas” en la televisión hablaban de auténticas barbaridades, como la implantación de una malla lingual cosida en el salón de la casa de una “supuesta médica de cirugía plástica ” para que al comer sufrieras molestias y así se te quitaran las ganas de ingerir alimentos  ¿a qué grado de desesperación hemos llegado?.

Estar dispuesto a alimentarse por una sonda nasogástrica cargando con una mochila todo el día para perder peso de forma rápida e insalubre… ¿para qué? ¿Para entrar en el vestido de tu boda y luego seguir con tus malos hábitos?

Yo sé lo que es estar desesperada, frustrada, deprimida y agotada de empezar mil dietas y fracasar una y otra vez.  Claro que me planteé el balón gástrico, la operación quirúrgica… pero ¿ de qué me servirían con mis malos hábitos del pasado?¿ con mi ansiedad? ¿ con mis atracones? .

La mayoría de clientes que acuden a mi consulta han hecho las mismas dietas que yo  y todos llegamos a la misma conclusión… ¿por qué fracasamos?

Porque pensamos que el “ sacrificio de estar a dieta”  es puntual y pasajero y  que nos va a llevar “rápido” a  nuestra meta: ¡ adelgazar!… pero si luego, en cuanto nos vemos algo mejor( nos queda mejor la ropa, tenemos menos barriga..) ,  seguimos con los mismos patrones de conducta de antes,  volveremos  al punto de partida y seguramente con más kilos gracias al “efecto rebote”.

Además existe otro componente que no solemos trabajar durante «la dieta» que es la motivación y la autoreflexión. ¿ Para que realmente quiero adelgazar? ¿ que beneficios quiero conseguir? Y eso… en una consulta de 5-10 minutos no se trabaja por muy buen endocrino , médico, nutricionista etc que sea. Ya ni que decir si nos ponemos con la dieta milagro extraída de internet o que te pasa la fotocopia una amiga..

Por eso, si no estás dispuesto a tomarte el cambio como algo que te garantice un beneficio para toda la vida olvídate de dietas y ¡pasa de todo, ponte el bikini y sin complejos!. Para ser feliz, solo hay que aceptarse tal y como uno es, valorar sus virtudes y aceptar los defectos que no se estén dispuestos a cambiar…

Pero si realmente quieres cambiar tu cuerpo, primero empieza a plantearte que parte de tus conductas ( mente)  estás dispuesto a cambiar, porque un cambio físico si no va acompañado de un cambio mental y emocional no va a mantenerse en el tiempo ¡y lo sabes!.

¡Yo decido cual es mi “peso ideal” ! que dista mucho de la talla 38 o los 53-55 kg que llegue a pesar en su día; Ahí si que ELIJO NO VOLVER! El «precio» que pagué por conseguirlo fue demasiado caro , y no me sentía feliz en ese cuerpo.

También sé que actualmente tengo mejores hábitos de vida que muchas de las mujeres que tienen esos cuerpos espectaculares que gracias a su genética, tratamientos estéticos , esfuerzo físico etc. etc.  nos muestran a diario las redes sociales, prensa, televisión, pero que pocos se ven así a diario por las calles.

Aceptar la realidad, es parte del proceso y ser capaz de establecer hasta dónde uno está dispuesto a llegar por «un cuerpo de revista» también es algo que uno debe de valorar. YO ELIJO CUIDARME, YO ELIJO PRACTICAR DEPORTE, YO ELIJO APRENDER A ELEGIR LA COMIDA QUE MÁS ME CONVIENE, ELIJO DISFRUTAR COMIENDO Y TENER VIDA SOCIAL, pero sobre todo ¡ELIJO QUERERME TAL Y COMO SOY!  Y lo que actualmente no me guste  de mi : esos kilos de más, mejorar la condición física, la gestión del hambre emocional, desarrollarme más en ciertos aspectos de mi vida… ELIJO Y ME DISPONGO A  TRABAJAR EN LAS ACCIONES QUE ME AYUDEN A CONSEGUIR MEJORAR…pero ¡NO A CUALQUIER PRECIO!

Me despido con una gran frase de Walt Disney : “Pregúntate si lo que estás haciendo hoy, te acerca al lugar en el que quieres estar mañana”

UN SALUDO  DE  LA GORDITA CON GAFAS