“El hombre es el único animal que come sin tener hambre, bebe sin tener sed y habla sin tener nada que decir“ MARK TWAIN
Está claro que comer es un acto fisiológico necesario, sin embargo, el deseo de comer puede estar influenciado por muchas causas, y la mayoría de estas no son fisiológicas sino emocionales. Por lo tanto, podemos distinguir fundamentalmente dos tipos de hambre: el hambre fisiológica y el hambre emocional.
FUENTE: www.habitualmente.com
Hambre fisiológica: obviamente es el hambre natural que sentimos para cubrir nuestras necesidades energéticas. Dentro de esta categoría encontramos varios subtipos:
- Hambre estomacal. Cuando llevamos más de 2 horas de ayuno, y nuestro estómago está vacío, nuestro cuerpo segrega una hormona, la GRELINA, que avisa a nuestro cerebro (Hipotálamo) de que es hora de comer.
- Hambre de emergencia. Es el último sistema de alarma. Se produce cuando los niveles de GLUCOSA (el combustible más importante de nuestro organismo) descienden al mínimo en nuestro torrente sanguíneo.
Hambre emocional: ¿Cuántas veces has sentido estrés, preocupación o ansiedad? ¿cuántas de esas veces comiste solo para sentir alivio? Comemos por ansiedad, aburrimiento, rabia, ira, soledad, frustración, indecisión, culpa, vacio…. Usamos la comida para gestionar nuestras emociones porque no tenemos o no encontramos otras herramientas. Además para “saciar” este tipo de hambre no nos vale con alimentos sanos y bajos en calorías, tendemos a desear alimentos específicos que varían según los gustos de la persona (chocolate, bollería, patatas fritas, …) en general tendemos a la ingesta de comida con alto contenido en azúcares y grasas y aunque parezca una barbaridad hay estudios que demuestran que la ingesta de estos alimentos activan el mismo circuito cerebral de recompensa y placer que las drogas.
Según Nerea Gomez psicóloga y nutricionista de Kaizen, un gabinete especializado en la dimensión emocional de la nutrición: “Sentimos una especie de chute que, además de aliviarnos, nos anima cuando estamos tristes. Comer parece que nos ayuda a anestesiar esas emociones desagradables, al menos a corto plazo” Tras comer, nuestro cerebro nos premia por el esfuerzo físico realizado para conseguir ese alimento.
¿ Pero qué nos pasa a las «gorditas con gafas» o comedores emocionales en la mayoría de los casos?
Que después de comer esos “caprichos” nos sentimos frustrados y arrepentidos por haber caído en la tentación de suplir los desarreglos emocionales con comidas altas en carbohidratos y grasas que bien sabemos lo que nos van a perjudicar…con lo cual el placer de comer para compensar esas emociones es muy efímero y se acaba convirtiendo en el pez que se muerde la cola.
Neurotransmisores implicados en el hambre emocional:
- Serotonina, neurotransmisor relacionado con la sensación de bienestar, equilibrio, control y estabilidad. Su déficit se ha asociado a la necesidad de comer, sobre todo dulces. Son los famosos atracones.
- Dopamina, neurotransmisor asociado a la motivación. Relacionado con los circuitos de recompensa: el placer y las adicciones.
CORTISOL: hormona del estrés. La producción de cortisol que se produce ante el estrés, hace que comamos compulsivamente. Si esto se convierte en un hábito, la caída de la testosterona provoca una disminución de la masa muscular, por lo que se queman menos caloría. Esta es la razón por la que engordamos a largo plazo.
Una vez analizados los tipos de hambre te propongo un test para saber si eres comedor emocional…
Reflexiona y contesta con un SI o No a las siguientes frases :
- Me siento fuera de control en presencia de comida deliciosa (chocolates, bollería, embutidos, etc)
- Cuando empiezo a comer cierto tipo de alimento en ocasiones no puedo parar
- Es difícil para mí dejar comida en el plato
- Cuando se trata de comida no tengo fuerza de voluntad
- Me siento tan hambriento que no puedo controlarme
- No puedo saciarme con facilidad
- Continuamente tengo pensamientos de preocupación sobre comer o no comer
- Hay algunos días en los que no puedo pensar en nada más que en comida
- La comida esta siempre en mi mente
- Como,cuando me siento triste, aburrido, estresado,solo…
Este test fue tomado de un estudio que desarrolló un índice para detectar el hábito de comer basado en la recompensa. Esto quiere decir, el hábito de comer basado en la gratificación instantánea o el alivio temporal de alguna emoción.
Si has contestado que SI a varias de las anteriores premisas, bienvenid@ a mi mundo ¡Eres comedor/a emocional! y créeme … SI YO PUDE adelgazar y controlar esos atracones emocionales , TU TAMBIEN PUEDES! quizás solo necesites dejarte ayudar.
Si quieres saber más acerca de estas cuestiones o crees que necesitas los servicios de un COACH NUTRICIONAL no dudes en ponerte en contacto conmigo.
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También os dejo un formulario de contacto para que me comentéis todas esas preguntas y cuestiones que os surjan.
Un saludo de la GORDITA CON GAFAS